
Entre las diferentes instituciones que se preocupan por aportar enfoques útiles sobre los procesos de seguridad ciudadana a nivel internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha formulado enfoques importantes de los que queremos hacer un resumen panorámico como estimulación de lo que podríamos aplicar en nuestro país en materia de prevención del delito.
En la perspectiva del BID, el Policiamiento Proactivo es un concepto que se refiere a diversas estrategias, intervenciones e iniciativas orientadas a prevenir o reducir el delito. Se diferencia del Policiamiento Reactivo, que es la respuesta a los delitos que se han cometido. La disuasión a potenciales delincuentes o la reducción de las condiciones que facilitan la victimización de las personas pueden ser ejemplos del Policiamiento Proactivo.
Un programa de Policiamiento Proactivo implica que los cuerpos policiales pueden adoptar las siguientes estrategias preventivas:
Policiamiento focalizado en puntos calientes, esto es, concentración del patrullaje policial en las áreas de mayor ocurrencia de delitos.
Policiamiento orientado a la resolución de Problemas, lo que implica la identificación y análisis de las causas de los delitos para responder de manera concreta en determinadas zonas.
Disuasión focalizada, dirigiendo acciones hacia delincuentes que han cumplido su condena para evitar que reincidan, por ejemplo, brindándoles capacitación en oficios, demostrándoles que hay otras opciones en lugar del riesgo de ser nuevamente sancionados en caso delincan nuevamente.
Policiamiento procedimentalmente justo, de manera que incremente la legitimidad de las acciones policiales y la confianza de la ciudadanía.
Policiamiento guiado por la inteligencia del delito (ILP), generando información sobre tipos de delincuentes, bandas y grupos criminales o tipos de delitos y definir sobre esta base las operaciones policiales que tengan un impacto real en el crimen.
Policiamiento Basado en Evidencia (EBP), focalizando las acciones policiales en base a análisis estadísticos y datos empíricos, replicando las que funcionan mejor en la prevención del delito.
Procedimiento de ventanas rotas, combatiendo los delitos menores y los actos antisociales para evitar que se conviertan en delitos graves.
En el Policialmente Proactivo juega un papel importante el análisis criminal, esto es, la observación de patrones en el delito, en la conducta de los criminales y en los riesgos de que una persona se convierta en víctima, así como el impacto de las acciones policiales, si éstas resultan efectivas o no, concentrando el análisis en el nivel local, regional y nacional.
El análisis criminal puede orientarse por los siguientes modelos:
Seguimiento de desempeño (performance), que significa generar estadísticas sobre cantidad de delitos producidos en la actualidad, comparación con períodos anteriores y su relación con la población.
Resolución de problemas empleando EARE, lo que implica Escaneo (E, definir y priorizar un problema adecuado), Análisis (A, porqué un delito es recurrente y cómo evitarlo), Respuesta (R, ejecutar acciones basadas en el análisis), y Evaluación (E, comprobar si el delito se redujo a consecuencia de la respuesta).
Modelo PANDA, que puede ser aplicado por los cuerpos policiales determinando el Escaneo (el delito es persistente o crónico, se relaciona con un incremento de la actividad criminal, si causa un alto grado de temor en la población); Análisis (patrones de victimización, sospechosos, características de los lugares, tiempos de concentración del delito, lugares, existencia de bandas, incidencia de drogas, alcohol o problemas de salud mental); Nominar la estrategia (actividades a favor de las víctimas, proveer más información, prevenir con acciones no policiales, fomentar la tranquilidad pública), Desplegar la estrategia (definir responsables, objetivos, intervención de los analistas, duración de la intervención, otros apoyos) y Evaluación (resultados obtenidos, si se ejecutó según lo planificado, lecciones aprendidas, información útil resultante, revisión de las metas).
Modelo 3i, que es el Policiamiento Guiado por la Inteligencia del Delito, es decir, el análisis aplicado a contrarrestar a los delincuentes reincidentes o a bandas criminales, utilizando las 3i: Interpretar – Influenciar – Impactar, entendiéndose que el Analista interpreta el Ambiente Criminal, interactúa influyendo con el Decisor Policial y éste busca impactar sobre el Ambiente Criminal.
Realización de Evaluaciones, para determinar si el Policiamiento Proactivo es la causa de la disminución del delito o existen otras causas. Esto implica realizar la Evaluación de Proceso (diseñar la forma en que se evaluará, establecer una línea base y describir las acciones que se ejecutaron) y Evaluación de Impacto (determinar el cambio en términos de disminución del delito expresado en estadísticas y si esto fue provocado por las actividades implementadas).
El Policiamiento Proactivo planteado por el BID ofrece un camino sugerente para anticiparse al accionar de la delincuencia común y el crimen organizado aplicando sistemáticamente estrategias y operaciones que involucran el uso intensivo del análisis criminal y no sólo la actuación de las fuerzas policiales sino también a otras instituciones, como en nuestro caso los gobiernos locales y la participación de la ciudadanía organizada.